30 de agosto de 2008

Tebarray

30 de Agosto. Salida a las 8.30 con una temperatura perfecta, 8 grados y despejado. Las condiciones no podían ser mejores para lo que iba a ser una de las grandes rutas del año...o del siglo. Se plantea la vuelta a Tebarray, ciclomontañismo en estado puro con 2000 metros de ascenso a cuchillo con un porteo importante de unas 3 horas por un terreno complicado hasta más allá de los 2800 metros.


Nuestro objetivo aparece al fondo con los primeros rayos de sol.



 Tras la bajada desde Formigal a Sallent, comienza la subida y reina un preocupante silencio...Potx y Jimbo estan mentalizandose de lo que iba a ser una jornada dura. En varias ocasiones les pregunto  si se encuentran bien y la respuesta siempre es la misma: "si, bueno...a la marcheta!" pero se les intuye que la cabeza no la tienen en las mejores condiciones...debe ser porque lo que han escuchado de esta ruta, es decir, que no es un paseo mañanero.



Tras 1 hora y media de subida por la pista a ritmo suave, llegamos al repetidor de Ibonciecho, a 2050 metros y ahí comenzaba el tomate...sendero de los que enganchan...enganchan la lengua a la rueda delantera quiero decir. Las vistas de Telera son espectaculares y en su inicio es perfectamente ciclable, aunque en un cruce huy un pequeño fallo de orientación y tenemos que volver sobre nuestras huellas. Luego me daría cuenta de que si hubiesemos continuado ese sendero hubieramos enlazado con el camino principal sin problemas.

Como todo no iba a ser bueno, aparece el collado de Puy Arcol, primer objetivo y se aprecia que está demasiado alto como para continuar sobre el biciclo y el rampón no se hace esperar. Hay que empezar la remontada a pié al principio por tasca y después por roca. Potx se encuentra intratable y encabeza la ascensión hasta el collado de Puy Arcol (2350m). Yo le sigo a mi ritmo a pocos metros y ligeramente más atrás viene Jimbo.


Las vistas desde allí son espectaculares divisandose, en primer término, Tebarray, Infiernos, Garmo Negro y Argualas, hacia el sur la Sierra Telera o de la Partacua y hacia el NO el Anayet y Bisaurin. Tras un pequeño tentempié y fotos varias analizamos como dirigirnos a nuestro siguiente objetivo, el barranco de Tebarray.



Yo pienso  que el camino más ciclable es por el canal de agua que discurre a unos 2100 metros y suministra agua a la central de Lasarra, pero Jim analiza y sugiere otra opción que no requiere tanto descenso realizando una diagonal más alta aunque menos marcada. Nos decantamos por esta segunda opción y reemprendemos la marcha por un sendero muy poco marcado que da paso a unas praderas a media ladera que nos encauzan hacia el Ibon de las Ranas  a 2200m.


El tramo desde el collado de Puy Arcol hasta el ibón resulta muy interesante y prácticamente ciclable al 100%. Desde este momento hasta el ibon de Tebarray, las bicicletas no servían más que para destrozarte los hombros como los de Hercules cuanto levantó el mundo o los de Perurena con la piedrrra de 250kg. Las colocamos sobre las mochilas con pulpos y continuamos adelante. Al principio se aguantaba bien, pero a los 20 minutos de potéo...digo porteo, la cosa se hace pesada, y así avanzaremos unas 3 horas.



No existe sendero alguno y la diagonal que hay que salvar es de dificil caminar. Llegamos a un paso complicado que requiere la ayuda de las manos...y casi de los dientes. Además el cambio de la bici se empeña en ir empotrándose contra todos los resaltes del terreno...quizá porque tenía vértigo y veia el fondo del valle demasiado abajo.



Una vez salvado el paso golosete, potxito re-amarra la bici sobre su mochila, nos hacemos unos masajetes, toqueteos y amasado de hombros y cuellos para que la sangre llege al "celebro" y al ataqueeee! En ese punto ya nos hemos dado cuenta de que hubiera sido más acertada la opción de bajar hasta el canal y remontar algo más al final...pero ya no tiene remedio.



Y para remate nos queda, la subida final por el barranco proveniente del ibón, una remontada de campeonato, de más de 400metros, en la que ill Grande Potxatto trepa como si regalasen algo arriba...pero no, únicamente una vista espectacular entrando por el desagüe del negro Ibon de Tebarray a más de 2700 metros de altura.



Jimbo y Potx remontando el barranco de Pondiellos hacia el ibón de Tebarray.



Descansando en la subida para disfrutar de las vistas del Valle de Tena.


En porteos interminables la rueda es útil como bastón y descarga la espalda.



Allí toca comer, siestear y montar las bicicletas para bordear ibón y alcanzar el Cuello del Infierno (2750m). Desde este punto se puede ciclar por el canchal de roca hasta casi el mismo collado de Tebarray, situado a poco menos de 2800 metros, cota máxima de la ruta. El paisaje en este tramo, como se aprecia en las fotografías, es muy inóspito y duro para avanzar con los biciclos pero viendo cerca el punto final de ascenso desaparece el cansancio y circulamos con pedaladas enérgicas como si estuviesemos comenzando la ruta.


Jimbo con el glaciar de los Infiernos.



La remontada final es penosa para Potx que en la trepada se cofunde de vía jurando a los 4 vientos por no llegar al collado correcto habiendo desperdiciado unas fuerzas que serán necesarias para la bajada.



Allí, las vistas se abren al Norte vuelven a ser de no olvidar, pudiendose contemplar el Balaitús, Frondiellas y la Gran Facha. Hacia el Este los infiernos con su glaciar y al Oeste queda el Pico de Tebarray al que decidimos no subir por falta de tiempo, y porqué no decirlo, y falta de ganas. Da pena irse de ahí, pero nos queda mucho trabajo por delante. Una bajada larguísima y muy técnica desde los 2800 hasta los 1300 metros con un tramo de ascenso a la altura de Respomuso completando así unos 1600 metros de descenso acumulado.



Para postre tenemos el descenso del collado que es de agarrarse los calzones con un paso delicado para ir con un trasto de 15 kilos entre manos. Una vez descendido el corredor, ya se puede ciclar el serpenteante sendero por una pedrera que más se parece Marte que Huesca por el paisaje agresivo y el color rojizo de la roca. Nosotros también parecemos marcianos a los que la gente mira con asombro a nuestro paso...CAR-CAR-ATACAATAC!!!!

El primer tramo es, como dice Jimbo "ADRENALITICO"... con una media ladera con fuerte pendiente que proporciona gran sensación de velocidad y falta de control debido al terreno rocoso y  con escasa caja del sendero. La rueda se empeña en deslizar hacia el borde acercándose peligrosamente al límite. Al llegar a un tramo malo y paro para ver el espectáculo de los otros dos energúmenos levantando polvo y rocas en su descenso. Parece imposible que se pueda circular con ruedas por un sitio así, pero se puede y eso mismo anima la situación.



Se atraviesa un nevero que da paso ya a un tramo más sencillo de sendero por hierba y asoman inmensas rocas graníticas pulidas por la erosión que los glaciares provocaron hace miles de años durante la última glaciación. En la foto se ve a mis compañeros de ruta con el Balaitus o Pico Moros.



A ratos el sendero se empina y aparecen tramos verdaderamente tecnicos que no dejan relajarse ni un segundo. Al llegar a las inmediaciones del embalse de Campoplano, la cosa se vuelve más sencilla pero no por mucho tiempo...toca remontar unos 150 metros hasta el Refugio de Respomuso y a estas alturas, tras más de 9 horas de "paseo" ya no apetece lo más mínimo. Pero como no queda otro remedio, pues habrá que subir bici a la chepa y dar el callo. En poco más de... 15 minutos, por decir algo llegamos al refugio. Tomamos una cocacola y algo de dulce para recuperar fuerzas y afrontar con seguridad la traca final. Allí un conocido nos informa que el camino a Lasarra está muy estropeado, mucho peor que hace 14 años cuando hice por primera vez esta ruta, cuando íbamos con rigidas y bla bla bla. Pero pensamos que no será para tanto y que fluiremos cual gráciles Sarrios. Da pereza dejar el refugio con el solete estupendo que nos calienta, pero no le queda mucho tiempo para ocultarse detrás de los Musales. Eso quiere decir que no le queda mucho tiempo para dejar sin luz la bajada. Así que es hora de reemprender el camino porque llevamos 2 horas de retraso respecto al horario previsto.




El primer tramo hasta la presa de Respomuso es un agradecido sube y baja y pienso: "¡el del refugio no tiene ni idea de lo que nos gusta!"...pero al instante comienza el concierto con un recital de piedras...empiezo fino, joño, si yo no soy tan técnico sobre este terreno! pero se me va dando bien...MADERAAAAA, MAS MADERAAAAAA, digooooo: PIEDRAAAS, MAS PIEDRAAAAAAS...y así fué, una hora de piedras grandes y pequeñas, blancas, grises, marrones y negras, secas y mojadas, con y sin barro, con prepucio...digo precipúcio o sin el...joño, había tramos con un patio que ni el del Empair Esteit Bildín ese!!! y enderrepente veo a un Jimbo resurgir de entre la maleza, se habrá dado un talegazo y al pasar a su lado pregunto:¿ESTAS BIEN? Si si, contesta...y ni paro para comprobar si es cierto continuo p'abajo CLACK CLICK CATACLOCK haciendo saltar piedras. Un vicio de bajada donde en la parte final la cosa se relaja discurriendo por un bosque cerrado sin apenas luz. Pero los tramos técnicos aparecen haciendo saltar todas las alarmas.

Quedan un par de tramos muy técnicos. Potx pasa el primero que ni una cabra y yo el segundo que ni me lo creo! Llegamos al Embalse de Lasarra y Potxito sugiere subir hasta formigal pedaleando...y como a un Giputxi no se le puede retar pues a tomar por culo...para formigal que nos subimos al tran tran...no estamos para muchas músicas tras 12 horas de pedaleo, por llamarlo de alguna manera, jeje.

Llegada a Formigal a las 8.30 a 2 luces y venga, a la cerveza se ha dicho, que nos la hemos ganado! Habrá que repetirla creo yo...
La vuelta salió gloriosa, no recordaba que fuese ni tan bonita y con semejante bajadón...ni tan dura tampoco, ufff!


2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Por azar he vuelto a leer esta cronicaza. Cómo se echa de menos aquella época repleta de grandes blogs como este, y de grandes tipos que metían sus ojos al mapa, miraban a lo más alto, y se txepeaban la burra para experimentar al máximo. Luego, rumbo al valle de nuevo con esa risa tonta y el brillo en los ojos.

    Aúpa Mikel, siempre para muchos un referente.

    Vicent

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