24 de julio de 2010

Brazatos

Llevaba tiempo planeando hacer una ruta circular por esta zona del pinineo y sabía que iba a ser dura por los desniveles y distancias pero sobretodo por la "aspereza" del terreno. El area abarcada es importante por lo que plantear esta vuelta a pié en un solo día es solo posible para gente que se dedica a las maratones de montaña, así que enfocarlo en bici era una majarada.



La primera parte del recorrido disfruté de la compañía de Txapu, que apareció puntual a la cita a las 7 de la mañana en Panticosa. El problema era que no tenía claro el poder completarla con éxito pero como es un oso, empezamos a pedalear y si después había que retirarse ya improvisaríamos.



Caprichosa sombra con forma de Ogro.



Algunos tramos son ciclables pero teniendo en cuenta lo que nos queda, más vale no forzar.



En rutas de estas características no cuenta quien es el mejor, ni quien sube más tramos montados, quien baja más rápido o quien no hace pie en la trialera más dificil. Gana el que es capaz de disfrutar de tanta belleza.



Txapu en los últimos pasos antes de alcanzar el collado de tendeñera con la sierra de la Partacua a sus espaldas y su Mondraker de 15 kilos al hombro.



El primer porteo llega a su fin tras una hora de ascenso hasta el collado de Tendeñera a 2337m. Llevamos 3 horas de ruta y 1100 metros de desnivel...la cosa no ha hecho más que empezar.



Por delante se presenta un valle colgado con un paso escondido al recóndito valle de Ordiso. Ante nosotros tenemos el majestuoso Taillón y muchos metros más abajo San Nicolás de Bujaruelo.



Avanzamos por el valle de Otal con siguiente objetivo Refugio de Ordiso, 800 metros más abajo.



La vista del Gigante Vignemale desde el cuello de Ordiso impresiona.



Esta bajada se presume complicada ya que apenas se vislumbra el comienzo de la senda y los hitos son escasos.



En muchos tramos la bajada es campo a través siendo muy importante la orientación para no terminar embarrancado y sin salida. Se puede ver a Txapu en una bonita zona de piedras buscando la adherencia en la caliza.



El agua fluye con más facilidad que nosotros en estas laderas tán empinadas y repletas de trampas en forma de piedras y hoyos escondidos entre la hierba.



Según perdemos altura, el valle se civiliza y en el refugio de Ordiso estudiamos la situación: 5 horas y esto no es todavía la mitad. Txapu hace amago de seguir pero se da cuenta de lo queda. Una larguisima subida de más de dos horas por el fondo del valle del Ara y después el porteo final al collado de Brazatos. Así que decide volverse a Panticosa y a partir de aquí, continúo en solitario...



Un bonito sitio para reponer fuerzas con el Vignemale a tiro de piedra.



La subida a lo largo del rio Ara me sorprende por su elevada ciclabilidad, diría que un 90% si las fuerzas acompañan. La calidad del sendero es perfecta con pasos técnicos en un entorno grandioso.

Contaré una anécdota que ocurrió casi al final del valle del Ara: A lo lejos veo a dos hombres agitando los bastones, tienen pinta de ser autóctonos pero no acierto a escuchar lo que gritan...según se acercan entiendo: "EL MANICOMIO ESTÁ HACIA EL OTRO LADOOOO"...jeje. No les falta razón, pero cada uno tiene sus cosas. Les explico de donde vengo y a donde voy y les da por reir... que majos! Uno es de Torla y otro de Biescas y llevaban más peso en sus tripas que yo en mi espalda con bici y mochila incluidas. Y se habían calzado una pateada importante con sus más de 70 años...buena gente!


Las fotos en la subida por el balle de Batanes son escasas por la dureza del "camino" y la dificultad de andar haciendo autofotos. Apenas existe sendero y algunos tramos son campos de bloques de importantes dimensiones. A estas alturas los saltitos de roca a roca ya no son de tiro porque me toca...se empieza a resentir la espalda y los piés que se mojaron al cruzar el Ara. Tengo que decir que me costó casi una hora de reloj vadearlo porque bajaba muchísima agua del deshielo. Tuve que lanzar la bici (que no se entere el "Bicho"  porque me mata) para después pasar yo.



Una vez en el colaldo, la sensación de paz y tranquilidad me invade. Estar a 2500 metros sin ver a nadie y con la compañía de la bici no se describe con palabras. Pero el sol está bajando y no hay tiempo que perder. Queda por delante una bajada que según gugelerz tenía pinta de complicada. Y el comienzo así fue. Había una gran cantidad de bloques por lo que decidí abandonar el camino y aprovechar un nevero para deslizarme hasta una zona más herbosa junto al ibón alto de Brazato. Esto provocó alejarme del paso natural "fácil" hacia el Embalse de Brazatos y tener que bajar por una canal muy empinada dificil incluso a pie. Para otra vez hay que tener en cuenta que es preferible seguir el GR-11 marcado con pintura roja-blanca.


No se donde se compran las simientes pero yo quiero un campo de bloques igual que este al lado de mi casa.



El descenso es muy técnico en su parte alta y algo menos en la media, pero es imprescindible mantener la concentración porque hay pasos malos.



Una de las rutas más espectaculares que he hecho y que sin duda volveré a hacer.

No suelo poner datos de las jornadas bicicleteras, pero en esta ocasión lo hago para tener un registro y diseñar una travesía de varios días que tengo en mente por la zona...lo se, tengo el cerebro trastornau.

Tiempo: 11,5 horas
Desnivel: más de 2300m
Distancia: 51km
Ciclabilidad: 70-75%
Porteo: 1,5 horas + 30 minutos + 2,5 horas
Terreno: 10% Pista, 70% Sendero, 20% Pedrera








3 comentarios:

  1. que grande, tú y el pirineo, una gozada de repor..

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  2. Buenísima. A la repetición me apunto

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  3. Ésta la vi y me alegré mucho de que la hicierais.
    Txapu me dio todos los detalles, impresionante.

    Me parece marciana y al alcance de muy pocos.

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