1 de marzo de 2011

Collaradeta

Hace años un sábado de febrero en Formigal era el mejor plan que cabía en mi cabeza ya que se podía esquiar por sus dominios con tranquilidad, pero actualmente todo ha evolucionado. Formigal a peor, por la cantidad ingente de visitantes y su enfoque lejano a la esencia del esquí, y  yo a mejor, por mi pasión hacia el esquí y la montaña. En esta evolución mucho tiene que ver la buena compañía con la que topamos a la hora de practicar las actividades que nos gustan.

En esta ocasión nos hemos juntado una grupetta de buenas gentes, Borja, Txapu, Alfonso, Ana, Gartzi, Kurt, Oihana y yo, con la intención de subir a Collarada. La cosa pintaba muy bien con los permisos tramitados por parte de Txapu y un pronóstico meteorológico bastante benigno de cara a la mañana.

Tras unos pequeños problemas con los permisos, arreamos pista arriba hacia el refugio de la Trapa…a decir verdad, al final subimos sin ellos por un fallo del que tenía que dejarlos en la gasolinera. Pero como estábamos fichados no hubo problemas.

El día amaneció con una importante inversión térmica con una diferencia entre Sabiñanigo y Villanúa de 11 grados…interpolando en alturas quiere decir que en Collarada 45º a la sombra, ja.


Oihana en el único paso con nieve escasa. Foto de Txapu

La subida discurre, al principio, por un entorno muy variado y entretenido con multitud de rocas, pinos, vaguadas y lomas. Existen 3 farallones de roca que hay que sortear por pasos más o menos evidentes. El primer resalte, el más dudoso, se salva por un canal ancho y pedregoso que es el único punto del recorrido que la nieve escasea. Los esquís se portean unos pocos metros para volver a calzarlos hasta el siguiente balcón conde en este caso el único corredor de la zona permite el paso al siguiente escalón.



El tercero de los resaltes es un falso collado que da acceso a una olla situada entre los picos de Collarada y Collaradeta a 2500 metros. Aquí el grupo discrepa. Unos apuntan a Collarada mientras que otros ven en Collaradeta una opción menos arriesgada ya que las nubes ocultan a ratos la cúpula del pico más elevado. El viento en esta zona es ya desagradable con rachas muy fuertes que hacen perder el equilibrio a más de uno.



Borja y Gartzi en dirección al canal que permite el paso al segundo balcón.



El grupo avanza entre rocas y pinos en la parte media de la subida.



Ascendiendo el corredor.



Se pone rumbo hacia el Este por una ladera muy helada hasta tomar refugio del viento detrás de una roca situada en la cima secundaria de Colleradeta.


 
El viento azota con violencia en los últimos metros.



Oihana, Borja y un servidor. Foto de Kurt



Txapu y Borja con el barranco de Aurín a sus pies.



Kurt despegando



Txapu jugando en la cresta



Oroel al fondo. Foto de Kurt

Para la bajada nos visita la niebla que junto al viento parece que nos envuelve la tormenta. Pero 200 metros más abajo el cielo se abre y la bajada la disfrutamos con una buena nieve sopita entre los multiples juegos que nos encontramos en el camino.

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