Había ganas de empezar con las pirenaicas, así que aprovechando el día primaveral pronosticado, nos ponemos de acuerdo Antonio, Jimbo y yo para completar una ruta que el año pasado planteó Dani (Decartón). Pero como suele ser costumbre, en mapas todo parece cerca y quisimos dar una vuelta más de tuerca al asunto.
Las tuercas hay que apretarlas con mesura ya que un tornillo pasau de rosca no sirve para nada...pues en ruta pasa igual. Si se intenta abarcar demasiado, la ruta puede pasar de goce a suplicio.
Comienza la senda.
Jimbopeleón.
El paisaje se vuelve cada vez más salvaje y poco a poco nos acercamos a terreno carstico. Es una especie de ratonera donde sortear los bloques de roca, simas y paredes puede resultar caótico, así que es preferible no perder el camino y circular por donde la bici sea capaz de rodar.
Luchando para no echar pie a tierra.
Antonio todo tieso.
Hay tramos de porteo obligado pero que en ningún momento se hacen pesados para 3 mulas viejas. A estas alturas el señor de pelo cano ya había dicho la palabra ACOJONANNNTE unas 27 veces (notese que está escrito en mayúsculas y con 3 enes).
Los guardianes custodian el valle.
Abandonamos el GR principal ganando un pequeño collado para evitar el temido Karst.
Avanzar sobre este terreno es trabajoso pero muy entretenido.
Un tramo sencillo da paso a una suculenta ensalada a cargo del Chef Antuan sobre la piedra del fondo.
Bajando nos encontramos con Colomán...el atleta español de los 80...no os acordais de Colomán Trabado?
La senda parece que tiende a civilizarse, pero de las 3 posibilidades cogemos la más atrevida y trabada...como no!!!. Este camino nos lo aconsejó Encarni...algún momento nos acordábamos de ella con cariño y otros odio, pero ganó el cariño.
La ciclabilidad del tramo era dudosa si bien las vistas compensaban los continuos monta y desmonta. Aquí se le puede ver a Tonifane con un patio serio.
Jimbo y Toni luchando. El rincón de Belagua queda unos cuantos cientos de metros más abajo.
Tras una larga y técnica bajada llegamos a una bonita brecha que da paso a las campas del refugio abandonado de Belagua. Una pena que se halle en un estado tan decrépito lo que hace algún tiempo fuera un precioso lugar de encuentro de montañeros.
Ataque de las flores.
Parecía que la ruta había llegado a su fin pero todavía nos quedaban casi 3 horas para llegar al coche...MADERAAAA, MÁS MADERAAA, que diría Groucho.
Hacia el Refugio abandonado de Belagua.
La vuelta al final ha quedado....ACOJONANNNTE como dijo Antonio en ruta 148 veces y no le falta razón ya que la calidad de los caminos merecen tal calificativo. Eso si, cualquiera que no esté acostumbrado a rutas de este tipo desearía vernos muertos.
Pasos técnicos.
Ya estoy deseando de volver a juntarme con estos dos mulos para la siguiente cicloalpinista...
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