9 de octubre de 2012

Atlas II

A partir del segundo día emprendemos la circular por el Alto Atlas con un trazado similar a uno de los múltiples trekkings que se pueden hacer por la zona. Todos ellos muy recomendables para hacer a pie, pero sobre la bici cambia un poco el cuento.

El día comienza placidamente por pistas y sendas a ritmo pausado pero esa tranquilidad se rompe antes de lo que alguno hubiera deseado. Unos porteando y otros muleando remontamos el primer collado del día.



Dani y Oscar observados por los paisanos del pueblo.



Pocos tramos se dejan trabajar sobre la bici.



Buenísima bajada, hacia el nuevo valle que se abre ante nuestros bicicletos.



Alfonso superando un pequeño repecho.



Sendero de libro como plato fuerte del día.



Alfonso seguido de Antonio por el valle de Asif Meloull.



Junto al río.



Observados.



Barrita energética marroquí.



Esperando a los rezagados.



llegando al campamento, a más de 2400 metros con las últimas luces del día, como así lo atestiguan las sombras de Potx y Chus. NOTA: no bañarse en pelotas en Marruecos...los autóctonos no habían visto personajes tan singulares como nosotros creo que nunca, pediendo, eructando y se despelotanos con tal alegría.



El atardecer en lo alto del valle de Asif Meloull.



Cena en la jaima al ponerse el sol y pronto a dormir porque mañana toca madrugar y remontar un desnivel importante, aunque esta vez los biciclos irán en mula.



El tercer día iba a ser complicado y muy trabado. Lo más fácil, la primera remontada de 1200 metros con las monturas sobre las mulas. Desde el collado de Likemt, a 3600 metros nos acompañará nuestro amigo Colomán hasta el final del día. Chus sufre más de la cuenta con un indeseable trancazo y demasiada piedra para un licroso empedernido.



Ultimos metros sin bicicletas antes del cataclismo.



Ahí Jimbo que le ha cogido el truco a la piedra suelta a las mil maravillas.



Alfonso y Oscar moviendo bloques.



Tras un duro trabajo de espedregar, el camino lo dejamos así de limpio.



Duro trabajo el de los muleros.



Tras la comida arrancamos en busca del siguiente campamento.



El sendero se deja a base de inspiración y tesón.



Presión baja en las ruedas ayuda a avanzar.



Impresionantes cañones.



Señales de humo.



Con las últimas luces del día llegamos y montamos el campamento a más de 3000 metros.



Vistas desde la jaima que hace de salón-comedor.

Una etapa dura dará paso a otra mucho más racional, con una eterna bajada por sendero con vistas al macizo del Toubkal, visita a un zoco y un final de día "empedrado".

2 comentarios:

  1. Muy buena! Hice un viaje por la zona hace unos cuantos años y recuerdo bien los caminos uniendo los pueblos. Para nosotros una forma de comunicarse ya olvidada.
    Gracias Mikel por compartir.
    Ésta va a pendientes!

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  2. Vaya trazado!!! Es muy bonito ver los pueblos perdidos entre los montes. Siguen siendo unos paisajes bastante rompedores y duros, no apto para flojos je je je. Me alegro que hayáis exportado nuestras costumbres más arraigadas: pedos y eructos!!! Sois los mejores je je je.

    Esperamos con impaciencia más.

    Mucho ánimo tronco y a ver esa galimbilla que tenemos pendiente,

    DAVID

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